Y nadie sabe cómo
manejar ese dolor,
las lágrimas contenidas,
el hueco vacío del estómago,
los recuerdos que asaltan,
el cambio difícil de aceptar
en el día a dia
más que por intuición.
Si nadie tiene la receta
para extirpar la melancolía;
para encontrar un final feliz
es que la vida se antepone
con sus pros y sus contras;
con sus ojalás deseados a vos en grito,
y sus nosotros queremos tanto
pero pasará lo que tenga que pasar.
Y así y todo
sin dejar de creer en lo posible
porque es la única opción viable;
sin dejar de confiar en un proximamente
porque rendirse
no es un opción
y nunca lo fue.
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