No me llamas para cerciorarte
de que todavía te añoro
todas y cada una de las noches
de miércoles en que no oigo tu voz.
No me llamas para que te escriba
para poder leer, mañana por la mañana,
que todavia necesito tu voz
que me acune, todas y cada una
de mis noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario